jueves, 26 de noviembre de 2009

Los hechos, las cosas y las palabras

"Si desaparece el corte, desaparece de la faz de la tierra esta discusión", advirtió el ambientalista Martín Alazar, al cumplirse ayer tres años de la interrupción del puente internacional "General San Martín" contra la instalación de la planta de celulosa finlandesa.
Eso o los brazos cruzados.



Repercusiones en Página (esperanzador), La Nación (pesimista), Clarín (opositor moderado) y Crítica (nostálgico).

Ya tres años. Por aquel entonces hice un par de trabajitos, incluso, me codee con algún asambleísta que me cedió amablemente cartas, proclamas, discursos, etc, etc. Recuerdo que cuando le mandé lo escrito le gustó al principio por el análisis prolijo y académico. Pero esos análisis llegaron a unas conclusiones que mucho no le agradaron: los asambleístas pasaron de un discurso novísimo en cuanto a la propuesta representativa (la asamblea) a una hiperlatinoamericana parecida a la matriz discursiva de izquierda. Aclaro, no tengo nada en contra. Todo lo contrario.
Evidentemente, ellos, los asambleístas no querían reconocerse en el ala oscurantista del zurdaje. Y, no lo voy a decir yo, pero pensar que la protesta, dependiendo de qué se enuncia, acompañará un movimiento más o menos legitimado por las clases bien, es pensar mal la protesta. La protesta, de donde venga, siempre tiene un germen anárquico y allí tenemos que estar para reproducirlo y no para apagarlo con palabras timoratas. Si te tocó estar cortando la ruta, macho, bancatela y sudá hasta que te salga el olor a chori, negro.
De los últimos cortes capitalinos, no hay mucho que agregar. Juegan en la misma lógica, pero, en esta oportunidad, quienes enuncian no son los propios "piqueteros". Ellos están mudos, los que hablan son los clarines y esa grela. Ni elegir su nombre pueden. No son asambleístas, son piquetes, ni personas casi.

Acá va parte (espero que se entienda) de ese análisis. No sé si concuerdo del todo con el joven Tomás B., pero vale la coetaneidad de aquella interpretación. Y si lo quieren todo, me lo piden.


[...]
Aquel conflicto entre el gobierno argentino y el uruguayo, teniendo como actores movilizadores a la comunidad entrerriana y la empresa Botnia-Ence, obliga ineludiblemente a los gobiernos a interiorizarse con el discurso ambientalista. Dicho conflicto, además de centrar la discusión en la defensa del medio ambiente, es decir, de la vida y la prosperidad, también pone en juego la estabilidad del Mercosur y los lazos interregionales frente a los capitales extranjeros dispuestos a utilizar recursos naturales en territorios ajenos.
La repercusión mediática de las manifestaciones comenzó en abril de 2005. Meses después los habitantes de la cuenca del río Uruguay se autoconvocaron y formaron las asambleas ambientalistas, entre las cuales se destaca la de la ciudad de Gualeguaychú. Esta asamblea se ocupó de obrar como entidad representativa de dicha comunidad ante el gobierno provincial, nacional, organismos internacionales y empresas extranjeras.


El corpus
Además de organizar y programar las manifestaciones, la Asamblea Ciudadana Ambientalista produjo una serie de textos (documentos, proclamas, manifiestos y cartas) que conforman un corpus heterogéneo. Algunos de estos textos fueron seleccionados por haber sido configurados para acontecimientos relevantes, como el discurso de Kirchner en el Corsódromo, el acto del 12 de octubre o la marcha a Plaza de Mayo. En el caso de textos de menor difusión, como las cartas, la elección se fundamenta en que éstos muestran regularidades que permiten reforzar algunas observaciones. Este corpus está constituido por: -
El documento elaborado en el Foro de Asambleas Ciudadanas Ambientalistas de la cuenca del río Uruguay del 8 de abril de 2006.
- La proclama de la ACAG de 1 de mayo de 2006.
- El comunicado de prensa de la ACAG del 9 de septiembre de 2006.
- El comunicado “Grito blanco” de ACAG del 12 de octubre de 2006.
- El documento de la 1era. Marcha Nacional Ambiental del 12 de diciembre de 2006.
- La carta al presidente Kichner de ACAG del 31 de enero de 2007.
- La carta al presidente Kichner de ACAG del 12 de abril de 2007.
- El documento “Honrar la vida” de ACAG del 27 de abril de 2007.
- La proclama frente a la Embajada de Finlandia del 27 de mayo de 2007.


Pueblo y gobierno
Habitantes y representantes. Uno de los fenómenos que surgen a partir de la autoconvocatoria de los habitantes de Entre Ríos es el problema en torno al tipo de representación que se está declarando. La oposición entre pueblo y gobierno, asociado a las empresas extranjeras, es uno de los componentes más relevantes al analizar este objeto discursivo.
En la primera proclama se reformula de forma significativa un fragmento del preámbulo de la Constitución argentina. Tanto la proclama como el preámbulo comienzan con “Nos”. Éste remite, sin duda, al vínculo que se está estableciendo con un texto fundacional, además de facilitar el carácter horizontal que configura como asamblea. De esta manera, el “Nos” habilita el uso de la primera persona del plural que se va a extender en todos los documentos y en éste, por ejemplo, en “consideramos”, “reclamamos” y “proclamamos”.
Una vez establecido manifiestamente el intertexto, se producen las modificaciones que muestran la propuesta de una nueva forma de representación. Por un lado, cambia “representantes” por “habitantes”. Por el otro, reemplaza los sintagmas posteriores “reunidos en Congreso General Constituyente por voluntad y elección de las provincias que la componen” y “en cumplimiento de pactos preexistentes […]” por la elipsis de “reunidos en Congreso[…]” y la reformulación “en ejercicio de nuestros derechos y deberes ciudadanos declarados en el artículo 41 de la Constitución Nacional”. Esta reformulación tiene dos lecturas. La primera está relacionada al problema que los convoca. En este caso, la asamblea especifica su objetivo: la defensa del medio ambiente declarada en el artículo 41 de la Constitución. La otra interpretación está relacionada con la elipsis de “reunidos en Congreso[…]”. Esta elipsis puede ser funcional, puesto que no sería adecuado agregar un sintagma de ese tipo en una proclama que no forma parte del aparato institucional oficial. Sin embargo, la elipsis también puede entenderse como una asignación de legitimidad que no quiere hacerse explícita. En este último caso, la elipsis así entendida tiene gran poder simbólico para el tipo de representación que promueven.
Preámbulo: “Nos, los representantes del pueblo de la Nación Argentina, reunidos en Congreso General Constituyente por voluntad y elección de las provincias que la componen, en cumplimiento de pactos preexistentes, con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia…”
Proclama 01/05/06: “Nos, los habitantes del pueblo de la Nación Argentina, en ejercicio de nuestros derechos y deberes ciudadanos declarados en el artículo 41 de la Constitución Nacional…”
De esta manera, se conforma uno de los componentes de la matriz discursiva de los ambientalistas de Gualeguaychú. Este ejemplo es significativo, puesto que es uno de los primeros documentos que enfrenta a los representantes con sus representados y en ese espacio de disconformidad se proclama, de forma fundacional como lo es un preámbulo, como representantes de los intereses del pueblo, dando por supuesta su legitimidad.
Como consecuencia de esta primera distinción habitantes-representantes, en el intradiscurso se puede observar cómo se califica al gobierno en diferentes períodos del conflicto. Por ejemplo, en esta proclama como en el documento del Foro de Asambleas no hay tanta distancia entre el pueblo y el gobierno. En algunos casos, “gobierno” está modificado por un pronombre de primera del plural o con artículo. Sin embargo, un año más, en la carta del 12/04/07 dirigida al presidente con motivo de la mediación del gobierno español, el gobierno es sólo “su” y con mayúsculas. Cabe mencionar que en esta carta la asamblea ya aparece modificada por “nuestra”.
Proclama 01/05/06: -“Requerimos a los gobernantes”
Documento del Foro 08/04/06: -“que juzgamos necesario exigir de nuestros gobernantes” -“que el problema ambiental no está incorporado en la Agenda Política de nuestros gobernantes”
Carta a Kichner 12/04/07: -“Hemos sufrido desde hace mucho tiempo, la falta de información, por parte de su Gobierno”.
-“Hemos escuchado del Señor Ministro del interior Sr. Aníbal Fernández, expresar que ´el puerto no se toca´[…], al no gustarle a su representante…”.
-“Pero también su Gobierno se ha movido pura y exclusivamente ante la presión ejercida por nuestra Asamblea”.
Otra muestra de la distinción pueblo-gobierno es cuando se diferencia al pueblo uruguayo del gobierno uruguayo.
Documento del Foro: “Rechazamos enérgicamente cualquier extensión xenófoba dirigida directa o indirectamente al pueblo uruguayo”. “
Afianzar las relaciones con el pueblo uruguayo”.
Documento “Honrar la vida” 29/04/07: -“Responsabilizamos al gobierno uruguayo”.
La distancia, la disconformidad de representación del pueblo respecto a su representante habilita que ese vacío sea ocupado por un nuevo concepto: la licencia social. Esta licencia consiste en la autorización para operar que debe ser otorgada por las comunidades que se verán afectadas por la construcción o instalación de una industria o empresa determinada. Este concepto es tomado de la actividad minera y readaptado para la situación del río Uruguay. Es relevante la licencia social, puesto que es el medio legítimo que consideran los asambleístas. Su objetivo es proteger el medio ambiente que habitan y recurren a este concepto para encauzar su enfrentamiento contra el gobierno. La licencia social es mencionada en la mayoría de los manifiestos públicos y se puede observar una evolución de su aparición. En algunos casos, es explicada e, incluso, en el primer documento aparece subordinada, puesto que está entre paréntesis. Lo que antes era un reclamo de posibilidad de dicha consulta, en documentos posteriores se convierte en un hecho y se afirma que no será concedida. Incluso, en un caso aparece en mayúsculas.
Proclama 01/05/06:“dando cumplimiento[…] a la consulta previa a la sociedad (licencia social) convenida mundialmente”. (“licencia social” entre paréntesis no es un agregado. Forma parte del documento original).
Comunicado del 09/09/06: “Manifestarle que la comunidad de Gualeguaychú NO OTORGA NI VA A OTORGAR LICENCIA SOCIAL a estos emprendimientos.” Documento de la 1era. Marcha Nacional: “¿Por qué no se implementa el ya exigido principio de Licencia Social o consulta popular previa?”
Documento “Honrar la vida”: “Botnia es ilegal y no tiene ni tendrá la licencia social de estos pueblos.”
Proclama ante la Embajada de Finlandia 27/05/07: “A éstos piratas finlandeses, que no pidieron la licencia social de nuestros pueblos, licencia que jamás les vamos a otorgar.”

De esta manera, se le agrega al preámbulo inicial y su consecuente separación entre pueblo y gobierno el concepto de licencia social para justificar el vacío generado por el conflicto de representación.


Sí a la vida, No a las papeleras

Bajo esta lema se polarizan dos conjuntos que conforman un mismo componente de la matriz del discurso ambientalista. Por un lado, está el derecho a la vida y la protección del medio ambiente. Por el otro, el desarrollo industrial enmarcado en el modelo económico neoliberal y la consecuente contaminación de los recursos naturales. La confrontación se da, entonces, por los derechos que se priorizan: el de una vida digna y saludable o el económico.
Documento de la 1era. Marcha Nacional: “Estamos dispuestos a defender con la lucha nuestros recursos naturales y el derecho a una vida digna para todos.”
“Honrar la vida”: “No se pueden sobreponer derechos económicos: el dinero invertido por la empresa está lejos de toda comparación razonable frente a las 300.000 vidas humanas que habitan la región o frente a los 31.416 kilómetros cuadrados de territorio que van a ser afectados directamente si el emprendimiento Botnia-Orión funciona.”
En cuanto a la defensa de la vida y el medio ambiente, el discurso ambientalista se interrelaciona con otros discursos que también fueron conformados desde organizaciones no gubernamentales a causa de la ausencia del Estado. Estos discursos son el de derechos humanos y el de los pueblos originarios. En este sentido, es interesante resaltar que el conflicto bilateral es asimilado a los derechos humanos tan boga en la actualidad.

Proclama 01/05/06: “Que la República Oriental del Uruguay ha violado el Estatuto del Río Uruguay, […] incumpliendo de esta manera la estricta observancia […] de los demás compromisos y tratados internacionales vigentes en materia ambiental y de derechos humanos”.
Documento del Foro: “a- que este conflicto se enmarca dentro del modelo económico neoliberal vigente y profundamente violatorio de los derechos humanos.”
Documento “Honrar la vida”: “Estamos convencidos de que el cuidado del medio ambiente, el desarrollo sustentable y los derechos humanos son responsabilidad ineludible de nuestros gobernantes.”
Otro componente que se suma a la lucha por la vida digna es la preservación de los pueblos originarios. La primera aparición de dicho tópico surge en la marcha “Grito blanco” realizada para conmemorar la llegada de Colón a América. El documento hace una breve narración que tiende a mostrar la debilidad y bonanza de los pueblos nativos frente a malicia de los usurpadores europeos. Después de esta primera mención, este elemento se convierte en un referente de los documentos posteriores.

“Grito Blanco” 12/10/06: “Hace muchísimos años atrás éstas tierras eran habitadas por pueblos nativos, dueños de este bello continente; ellos respetaban, amaban y cuidaban ente bendito suelo.”
-“...Pero un día llegó una raza desconocida, con idioma, costumbres y creencias diferentes, que tenían como único fin obtener lo que desearan, imponiendo leyes y regalando promesas, todo ajustado a sus caprichos egoístas y así, acabaron con una raza y con sus recursos naturales.”
Documento de 1era. Marcha Nacional: “la persecución y el despojo a los pueblos originarios, son otros ejemplos de esta grave situación.”
Documento “Honrar la vida”: “por respeto a los habitantes originarios Chaná y Charrúas para quienes la tierra y la naturaleza son sagradas”
Proclama ante Emb. Finlandia: “que pretenden socavar una historia compartida por nuestros pueblos, desde los tiempos en que habitaban los chanás y los charrúas, originarios de estas tierras.”
Además de estas relaciones con otros discursos creados en las mismas condiciones, se puede enmarcar al discurso ambientalista como un elemento posible del discurso latinoamericanista. Habiendo introducido un marco histórico que sirva para ejemplificar la situación actual y el futuro posible, aparece la amenaza extranjera que posibilita el contacto con uno de los componentes de la matriz del discurso latinoamericanista. Entonces, por un lado, están presentes los pueblos originarios, pero también la unión con “los hermanos uruguayos” que hay que afianzar. Por otro lado, el enemigo en común es el extranjero no latinoamericano, sea otro país, sean los capitales europeos, representantes del modelo neoliberal. En este último punto es conveniente resaltar que el enfrentamiento con los gobiernos argentino y uruguayo también hace referencia a los socios nativos, enemigos internos, que debilitan la unión de los pueblos americanos.

Proclama 01/05/06: “Reclamamos a la banca financiera nacional e internacional y a los gobiernos cómplices de España y Finlandia…”.
Documento de 1era. Marcha nacional: “…la depredación de nuestro medio ambiente por parte de monopolios extranjeros y sus socios nativos.” “aprovechando la falta de trabajo de los hermanos uruguayos, puso en evidencia el acuerdo entre los capitales predadores y los gobiernos de turno”
Proclama frente a Emb. Finlandia: “[denunciamos] a estos piratas finlandeses, que sólo nos dejarán sequía, hambre, destrucción y muerte.”
En referencia al discurso latinoamericanista actual, como el de Chávez, se recurre a la mención de próceres que colaboraron con la independencia de los Estados americanos y se los cita. Teniendo en cuenta el punto geográfico en el cual se desarrolla el conflicto y para captar la benevolencia del pueblo uruguayo, Artigas aparece como palabra autorizada.

Documento “Honrar la vida”: “Encarnamos con nuestros actos las palabras de un grande, el General Artigas: ´No entregaré el rico patrimonio de los orientales al vil precio de la necesidad`”.
Proclama frente a Emb. Finlandia: “la hermandad tallada a fuego, en la gloriosa gesta de José Gervasio Artigas”.

De forma más explícita, se tiene en cuenta no sólo el territorio, sino también el marco político en que se construye la unión latinoamericana.

Proclama 01/05/06: “Por una Latinoamérica libre de contaminación”.
Documento del Foro: [proponemos] “g- Incluir en la agenda del Mercosur un proyecto de desarrollo sustentable no contaminante.”
De esta manera, detrás del “Sí a la vida” se articulan distintos discursos que tiene como denominador común el ser fundados por minorías y organizaciones no gubernamentales que se proponen hacer valer sus derechos enfrentándose al poder de los gobiernos nacionales y los capitales extranjeros. En el caso de los derechos humanos y la preservación de los pueblos originarios, el discurso ambientalista los asimila por el derecho a la vida y la preservación del patrimonio natural y cultural, respectivamente.
En cuanto a algunos componentes del discurso latinoamericanista, es útil para señalar al enemigo, consolidar la unión entre pueblos y configurar el papel de víctima. En cuanto a la negación “No a las papeleras”, habiendo propuesto con anterioridad la defensa de la vida, todo lo involucrado bajo el paradigma del desarrollo industrial y el ingreso de capitales extranjeros guarda un tono apocalíptico. El lema “Sí a la vida. No a las papeleras” se construye como una oposición inconciliable, en la cual se lucha por la vida. El término “lucha” y “defensa” son de alta recurrencia en todos los documentos. Incluso, en uno de los últimos documentos se agrega un matiz político al la lucha que vienen emprendiendo. En la carta del 31/01/07 a Kirchner, la lucha pasa a ser una “creciente revolución social”.
Planteada la guerra, el tono apocalíptico se presenta de dos formas. Por un lado, se justifica la lucha, porque se piensa en las generaciones futuras, como en la Proclama de 01/05/06 “Por nosotros y por los que vendrán”. Por el otro, en el documento de la 1era. Marcha Nacional se instala con mayor eficacia el tono apocalíptico al recurrir a lexemas propios del campo de la biología y, luego de mencionar todos los problemas ambientales en el país, asociarlos con “genocidio”, propio del ámbito de los derechos humanos, modificado por “ambiental”

Documento de 1era. Marcha Nacional: -“la depredación de nuestro medio ambiente” -“el acuerdo entre los capitales predadores y los gobiernos de turno”
-“El salvaje proceso de expansión de las fronteras agropecuarias”
-“la depredación y contaminación del Delta y sus humedales, entre otros;” -“Todo esto es una muestra más del genocidio ambiental”.
La palabra “muerte” se evita, pero en la proclama frente a la Embajada de Finlandia empieza a ser utilizada “a estos piratas finlandeses, que sólo nos dejarán sequía, hambre, destrucción y muerte”. Así, teniendo en cuenta la defensa de la vida, el desarrollo industrial y la utilización de los recursos naturales son construidos, si prosperan estos proyectos, como el fin de la vida saludable, es decir, como la muerte.


Algunas (breves) conclusiones


A partir del análisis exploratorio desarrollado, podemos observar cómo el discurso ambientalista construido en los documentos de la Asamblea de Gualeguaychú está vinculándose con otros discursos. Algunos tienen condiciones de posibilidad similares, como es el caso de los derechos humanos y la preservación de los pueblos originarios, ya que surgieron a causa del rol vacío que dejó el Estado. Otros, como el interdiscurso establecido con el discurso latinoamericanista, también se dan por condiciones sociohistóricas, pero representan otro conflicto que da cuenta de la organización política-económica de Latinoamérica. Esta confluencia de discursos puede parecer contradictoria, puesto que uno reclama la presencia del Estado y otro da por sentado su presencia para la independencia económica. Esta contradicción que enfrenta habitantes y representantes está mesurada por la asimilación de un concepto aplicado para otros problemas ambientales como el de licencia social.
En este sentido, se puede apreciar la evolución del discurso ambientalista, puesto que en la primera proclama del 01/05/06 las consignas fueron más claras y luego se fueron desplegando, según las características del acontecimiento para el cual fueron producidos los documentos. En la primera proclama declaran:
1-Nuestra irrenunciable lucha por la vida en todas sus manifestaciones 2
-La soberanía de los pueblos
3-La defensa del agua, bien fundamental para la defensa del planeta y patrimonio común de todos.
Por una Latinoamérica libre de contaminación.

Por nosotros y por los que vendrán.

Sí a la vida, No a las papeleras
.” (Negritas del original)

De esta primera consigna se desarrollaron respectivamente el derecho a la vida, la separación pueblo-gobierno, la protección del medio ambiente, la unión latinoamericana y el tono apocalíptico. Además, el transcurso del tiempo provocó mayor polarización y, como consecuencia, mayor agresión. De ser “empresas contaminantes” y “capitales extranjeros” pasaron a ser “capitales predadores” y “finlandeses piratas”. Del mismo modo, el gobierno que era “nuestro” se convirtió en “su Gobierno”. De un tono republicano que aludía al preámbulo de la Constitución Nacional llegaron a una “creciente revolución social”.
Podemos decir, entonces, que este objeto de discurso, si bien está siendo construido en la actualidad, mantiene una matriz que se está desplegando a partir de la interrelación con otras formaciones discursivas; incluso, en algunos casos contradictorias. Y, además, el tono fue modificándose de uno mesurado, respetuoso de las instituciones oficiales, a otro revolucionario y, sin embargo, apocalíptico. Este juego de contradicciones puede ser interpretado, en términos de Trew, a partir de la noción de acontecimiento anómalo. Precisamente, estamos ante un hecho histórico que, si bien se inscribe en un desarrollo político-económico que lleva siglos, también responde a urgencias relativamente novedosas como la relación entre el hombre y su medio ambiente.

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